Las paradojas del cristianismo son muchas: dar la otra mejilla al que golpea, amar al enemigo, la realización en base a la abstención y alcanzar la gloria a través de la humillación. En la actualidad esas paradojas se han convertido en ironías; el espíritu de mansedumbre y humildad del cristianismo ha llegado a ser pedantería, corrupción e hipocresía, partiendo de sus autoridades y replicando en sus feligreses, con muy honrosas excepciones.
“Carne de Cristo” es un objeto de consumo ofrecido por una iglesia que ya no sigue sus principios y que ha reducido su influencia espiritual en tradiciones vacías y automatizadas; como si la publicidad hubiera vencido al recogimiento, como si no bastara con comernos al mundo y convertirnos en caníbales, que ahora nos comemos a Dios como si se tratase de una oferta de supermercado

Y a komo el kilo???
ResponderEliminarMe gusto la redacción :)
ResponderEliminarBuenisisisimo!
ResponderEliminarEl jueves llegó a Lima, así q nos veremos...
Un fuerte Abrazo
Hass